martes, 7 de octubre de 2008

La suba en el precio del peaje no será recaudatoria?


El excesivo caudal de autos obstruye las calles y la única solución que atinaron a implementar las autoridades fue meter mano en el bolsillo de los conductores.

Si el dinero no se reinvierte en mejorar el sistema público de transporte seguiremos con problemas para acceder a la ciudad

Hay un problema y es la cantidad de vehículos que entran a la Capital Federal con personas que van a su lugar de trabajo. Ese excesivo caudal de autos obstruye las calles, hace lento el tránsito y convierte en una pesadilla el regreso a casa. La única solución que atinaron a implementar las autoridades fue meter mano en el bolsillo de los conductores y aumentar los peajes.

El Gobierno de Mauricio Macri impulsó, como parte de un plan para desalentar el uso de autos particulares y reducir los problemas de circulación en la Ciudad, la suba del precio de los peajes. Pero no dio una alternativa para las personas que viajan en los 1.116.000 autos que entran a la Capital por día y que lo “elijen” porque el estado del transporte público es deplorable.

Sí, el bolsillo del trabajador se exprime cada vez más en favor de un sin sentido. Pagamos desde un 50 a un 266 por ciento más para “cruzar la frontera” e ir a trabajar porque inevitablemente no tenemos otra opción. De hecho, muchos, aún con el aumento de los peajes en las autopistas Panamericana, del Oeste, Ricchieri y Buenos Aires-La Plata ya vigente, siguieron eligiendo el auto antes que el tren, el colectivo o el subte. Amén de los ya desorbitados precios de las playas de estacionamiento. Y eso, no debe ser porque nos gusta pagar de más. Más bien, porque no nos gusta viajar como “ganado” y tener “pechito con pechito y ombligo con ombligo” con el que viaja al lado, porque estamos estresados de pensar cómo conseguir monedas para el colectivo y porque no queremos llegar sucios de la mugre que impregna cada centímetro de superficie del vagón…

Lo cierto es que la medida tuvo su debut el miércoles pasado y, pese a las expectativas, la cantidad de autos en Capital Federal no se redujo, según Vialidad Nacional.

Está claro, la medida no ataca el problema de raíz, no soluciona la superpoblación de vehículos que hay y, por lo tanto, deja la duda acerca de si no se trata, en definitiva, de una medida netamente recaudatoria. Dinero que no se invierte, al menos a la vista, en mejorar el sistema de transporte público porque si fuera así, todos preferiríamos dormir en el trayecto que separa nuestra casa de la oficina y que maneje otro. Y por supuesto, dejar de hacer malabares con el dinero. Y ahora redoblan la apuesta y van por los parquímetros.

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